16 feb 2011

Me aburro en el curro

Lo peor de salir a trabajar con prisas y muerto de sueño es la media hora que pasas en el metro. No por la cantidad de gente propia de un tren de largo recorrido en la India de mediados del XX, o por las fosas nasales torturadas por culpa del exceso de cuatro niñas que no entienden que el olor de coco es para los cocos, no para los seres humanos y que no deben usar el perfume para ducharse. Tampoco es culpa de los encargados de regular la temperatura de los trenes; por dios, no son meteorólogos! ¿Cómo iban a adivinar ellos que la temperatura ambiental fluctúa a lo largo del día?

Lo peor es la duda que le asalta a uno cuando se da cuenta que no se ha lavado la cara al levantarse – otra vez, por las prisas, y porque es más importante mear y prepararse el bocadillo… y ojo no te olvides el tabaco, que luego te encuentras trabajando en unas oficinas en medio de un polígono industrial tercermundista y no encuentras ningún lugar donde comprarlo – y piensa: “¿La gente me mira por mi atractivo natural, o porque tengo la barba llena de babas resecas de este despertar tan agresivo?”.

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